Conoce mi historia

En 2016 llegué a Francia por motivos profesionales. No hablaba nada de francés y tuve que empezar desde cero. Lo intenté con clases tradicionales, con lo que recordaba del colegio, pero pronto me di cuenta de que no me servía: los acentos eran distintos, la gente hablaba demasiado rápido y yo me sentía perdido, incapaz de seguir una conversación. Fue duro, porque estudiar reglas y vocabulario en un aula no me daba las herramientas para sobrevivir en el día a día. Esa experiencia me enseñó algo importante: los idiomas no se aprenden en una pizarra, se aprenden viviéndolos. Equivocándote, escuchando, practicando en situaciones reales. Y como yo pasé por lo mismo que tú, hoy quiero que el camino hacia el español sea mucho más claro, humano y útil para ti.